DorKaz escribió:Me acorde del Español que se creia Squall y mato a sus padres y hermana con una katana, hace poco salio de la carcel en que estara ahora, jugando GTA?
La culpa no fue del videojuego
En abril del 2000, José Rabadán, un adolescente de Murcia, mató a sus padres y a su hermana con una katana. Tan deleznables crímenes conmocionaron a la opinión pública y se convirtieron durante varios días en primera noticia de los medios de comunicación.
Manuel Marlasca y Luis Randueles, prestigiosos periodistas de investigación de la revista Interviú, afirman en su libro Así son, Así matan: "En un alarde de sensacionalismo, la portada de un diario nacional reprodujo el rostro del menor detenido junto al de Squall, el protagonista del videojuego Final Fantasy VIII, bajo el titular "José emuló a su héroe, Squall", remarcando el supuesto parecido del asesino con el personaje digital."
En una frenética carrera mediática, no se tardó en afirmar sin paliativos que Rabadán había llevado la historia del videojuego a la realidad y que buena parte de la culpa del asesinato la tenían los juegos de rol.
Este terrible asesinato permanece hoy en día en la memoria colectiva de nuestra sociedad como una de las "pruebas indudables" de lo peligrosos que pueden ser los juegos de rol y determinados videojuegos.
Había de entrada un error técnico al llamar juego de rol a un juego de ordenador, porque la base de los juegos de rol es la creación e interpretación de una historia imaginaria sujeta a unas reglas y en un producto informático no es posible interpretar ni crear una historia, al estar constreñidos a la imaginación del equipo que creó el juego. Este error técnico menor es comprensible porque dicho tipo de videojuegos de ordenador realizan una simulación incompleta de las partidas de rol.
Pero ¿y los videojuegos? Para analizar esto es interesante recordar algunas de las hipótesis en las que se basaban algunos medios de comunicación para afirmar que Rabadán había llevado la ficción a la realidad. Así por ejemplo en el Diario Nueva España se afirmaba lo siguiente:
"En el videojuego, Squall es un cadete [...] cuyo objetivo final es el de liberar a una princesa de una bruja. En el juego, la princesa acaba convirtiéndose en la bruja, lo que ha sido interpretado por algunos como la justificación de la media hora que el joven murciano tardó en acabar con la vida de su hermana."
Sin embargo, el trabajo de investigación de aquel diario nacional no encontró un dato importante: tras la cita anterior Marlasca y Randueles continúan afirmando:
"En el texto de la noticia, se afirmaba que José era "adicto" al Final Fantasy VIII. Lo cierto es que ni siquiera habia podido terminar la aventura gráfica en la que consiste el juego."
Entonces, ¿cómo pudo Rabadán querer llevar a la realidad algo que no había jugado? ¿Cómo podía estar obsesionado con el final de un juego que no se había terminado?
De hecho, en la Sentencia Nº72, Juzgado de Menores de Murcia, 1 Junio 2001 (que fueron quienes juzgaron el caso), se establece como hecho probado que el tiempo que pasó entre la muerte de sus padres y su hermana, se debió a que Rabadán se dio cuenta de que se había roto la punta de la katana y se dirigió a su cuarto a coger un machete, con el que continuó acuchillando a su madre y a su hermana.
Esta es sin embargo sólo una de las muchas contradicciones que se produjeron entre las elucubraciones aparecidas en algunos medios de comunicación y lo que desveló el análisis de los hechos llevado a cabo por el Estado.
También desbarata la sentencia la hipótesis aparecida en algunos medios de que los motivos de Rabadán para cometer ese asesinato eran llevar a la realidad algo parecido al juego, pues dicha sentencia establece como hechos probados las siguientes motivaciones del asesinato donde no aparece ningún videojuego, sino motivos mucho más "mundanos":
"y a partir de esa fecha, fue dándole vueltas e imaginándose cómo sería la vida sin su familia, llegando a considerar tal idea como "algo positivo" tanto para él como para su familia: para él, porque cambiarían las circunstancias de su vida y para su familia, porque así terminarían con el sufrimiento cotidiano del trabajo, los disgustos de la familia y los padecimientos por su hermana."
Finalmente, se afirmó también en los medios de comunicación en aquellos días que Rabadán era adicto a ese videojuego, al cual se pasaba jugando todas las tardes y el cual había provocado de una u otra forma el asesinato.
Sin embargo, en la sentencia hay elementos que hacen dudar mucho de la supuesta adición de Rabadán al juego:
"Una vez decidido el momento y la forma de "matar a su familia", José se comportó de un modo normal saliendo con sus amigos durante la tarde y conectándose desde las 18,30 horas a Internet, como solía hacer habitualmente a esas horas, "chateando" con una amiga llamada Sonia y con otros usuarios. A las 20 horas cenó en solitario en su habitación como asimismo solía hacer, y tras ducharse, se volvió a conectar a Internet desde las 22,30 hasta las 3 de la madrugada del sábado día 1 de abril."
Es importante observar que eso era su comportamiento normal, es decir, lo que hacía casi todas las tardes y noches. No parece, dado dicho comportamiento, que el joven fuese adicto al videojuego mencionado ni que planease llevar ningún videojuego a la realidad.
También la sentencia dice bastante sobre los detonantes del caso cuando habla del estado psíquico de Rabadán:
"En cuanto a su estado psíquico, según el Dr. García Andrade, el menor padece un cuadro de psicosis epiléptica idiopática, que se acompañó de un estado crepuscular en el que se desencadenó una crisis de automatismo orgánico sin posibilidad de control, dando lugar a un homicidio múltiple, inmotivado e incomprensible [...]
Y según el Dr. Barcia Salario, el menor es epiléptico, confundido por creencias absurdas pero fascinantes para él, se justifica un hecho de locura vecino a la ofuscación y arrebato".
En palabras más sencillas, los únicos posibles detonantes fueron la psicosis del joven y su epilepsia, apenas comentada en su día por los medios de comunicación.
Finalmente, los juegos de rol y videojuegos, tan importantes para los medios de comunicación para el caso o la vida de José Rabadán, no aparecen mencionados en ningún momento de la sentencia. Es decir, se considera implícitamente que ni los juegos de rol ni los videojuegos tuvieron relación alguna con dichos asesinatos, dado que si la tuvieran deberían haber sido mencionados en la misma.
En conclusión, la relación establecida por los medios de comunicación de los juegos de rol y los videojuegos con los asesinatos carecía de base alguna.
Escrito por José Luis Villarig en colaboración con Esteban García, Aitor Solar, Juan León Hernández, Jesús María López de Uribe y la Comisión de Documentación y Traducción de Homo Ludens.
Bibliografía
Marlasca, Manuel; Randueles, Luis. Así son, así matan. Ed. Temas de Hoy. Madrid, 2002.
Sentencia Nº72, Juzgado de Menores de Murcia, 1 Junio 2001