Mi marca comenzó la pascua de 1979. Tenía yo 11 años. Como he contado varias veces, en mi casa nunca ha sobrado la plata, y en esa ocación no fue diferente. Excepto que mi padre, que siempre andaba malhumorado en esas fechas, salió sin decir ni pio y volvió justo para la cena... y venía con regalos!!
Llegó la hora de abrir el mio, y era el más grande! Como nunca me habían regalado nada fuera de lo común retiré el papel de regalo sin muchas expectativas... aquí voy a hacer un pequeño alto... en esa época había pocas cosas que podía entusiarmar más a un niño que una bicicleta, una pelota de futbol o... un tren eléctrico.... y la sorpresa de mi vida me lleve al tener en mis manos un grandioso tren Lima.
Lima no fue la marca más destacada, quizas pq su contemporanea Marklin fabricaba trenes más detallados, de mejor calidad, pero infinitamente más caros. A pesar de eso, Lima no se quedaba atras en la fascinación que causaba a los niños, de hecho con mis amigos del barrio, algunos ni siquiera recibieron regalos, estuvimos una semana entera mirando hipnotizados mi tren dando vueltas y vueltas, al pie del arbol de pascua.
De mi tren original, solo conservo la carcaza de la locomotora y algunos rieles:

Como nada dura mucho en manos de un niño (la foto lo confirma), con el tiempo la locomotora dejo de funcionar, los carros se rompieron, la caja no recuerdo que paso con ella... la cosa es que permaneció olvidado en una caja hasta el 2002, cuando me bajo la nostalgia por mi pasado, y desde ese entonces es que he estado buscandolo. Hasta que por fin encontré uno igual y casi como nuevo.




Cuando me junté con el amigo al que se lo compré, tuve que contener la emosión, más aun que tenía el empaque de plumavit.

El set consistía en la locomotora, un vagon de pasajeros de la SNCF y un transporte de autos (3), los cuales desgraciadamente no venían, y un puente peraltado color amarillo, que tampoco viene. Pero que más se puede pedir, al fin y al cabo han pasado 1979... 2013...
Fueron 10 años de espera, pero he conseguido lo que más ansiaba encontrar. Hasta mi papá se sorprendió que encontrase uno igualito! En este instante mi felicidad es sencillamente... absoluta.
